Y así, una vez más, un ciclo termina. Y mientras nos confortamos frente a las llamas de chimeneas y velas, cerramos no ya un año, sino toda una década. Y aunque sea ésta una forma arbitraria en la que nosotros, seres humanos, contamos el paso del tiempo, no hay que negar que los símbolos tienen poder, y que todo cambio nos hace reflexionar sobre lo pasado anteriormente. Justo antes de escribir estas líneas, he leído en un conocido periódico digital cómo nombraban a Dark Souls como el juego más influyente de esta década que termina, y no puedo estar más de acuerdo. Personalmente, cambió muchas de mis concepciones sobre las posibilidades del entretenimiento digital, y creó un nuevo género (el Soulslike, como se ha dado en llamar) que cada vez suma más títulos, homenajes e imitaciones.

 

Para mí éste ha sido un viaje que ha combinado la ilusión con el agobio, buscando salidas para adaptar conceptos que tenía claro que quería que aparecieran reflejados, mientras buscaba las mejores opciones para convertir este concepto en un ReV que pudiera ser jugable y entretenido. Quiero dar mi enorme agradecimiento a la gente de Arcana Nocte, no podría desear mejor compañía para desarrollar este hobby, y en especial a Carlos y a Alba con su paciencia infinita repasando mis textos mientras luchaba por cumplir las fechas de entrega.

 

Espero haber creado algo no solo entretenido, sino además coherente y satisfactorio, no solo para quienes sean fans de la saga original, sino también para cualquiera que se acerque a este material sin conocimiento previo. Si he logrado algo que pueda encajar mínimamente en los mundos creados por Hidetaka Miyazaki, me sentiré más que honrado.

 

Me despido dejándoos con un tema que refleja en esencia lo que para mí es Dark Souls, a la espera de que nos veamos en el futuro, quien sabe si en persona durante una posible traslación de este proyecto a un ReV completo.

 

Hasta entonces, Adalides de la Ceniza, que las Llamas os guíen…

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